miércoles, 17 de febrero de 2010

Siempre

Te beso hoy
Te adoro hoy
Te amo hoy

Te beso hoy te besaré siempre
Te adoro hoy te adoraré siempre
Te amo hoy te amaré siempre

Porque todas las veces son un instante
Y un instante es para siempre
Porque el tiempo es ahora y siempre

16/febrero/2010

domingo, 7 de febrero de 2010

Amor, eres uno

Para mi Gibrán

Amor eres uno e indivisible
porque en ti no hay preferencias
siendo como eres la unidad de todo lo que existe
como el Dios que nos prestaste
para vivir con la esperanza de lo inexplicable

Entre la muerte y la vida no hay
más que ilusiones pasajeras
que deshilan los instantes que nos llenan
la existencia plena de incertidumbre
por aquello que sólo vislumbramos

Estar en este mundo es como el instante
prestado que tenemos oportunidad
única para amar aquellos que
nos entregaste a la custodia compañeros
de la vida que es más muerte ciega que virtud

5/febrero/2010

martes, 2 de febrero de 2010

¿Qué son?...

Son problemas de la vida o vaivén de la existencia…,
son cosas del corazón o intervalos de alegría…,
son esquemas de la razón o estridencias de la mente…,
son sumas de la experiencia o instantes de lucidez...,
son reflexiones del cerebro o un reflejo de los sueños…,
son simples ocurrencias o momentos de inspiración…,
son impulsos del momento o inquietudes de la pluma…

No, son eso y más,
son mensajes del espíritu, filtros de la percepción,
que llegan como vibración al alma y
las expresa el pensamiento con apenas una pizca de razón,
son vivencias del amor,
poemas, es lo que son.

De mi primer libro: La vida es poesía.
Invierno-primavera, 2007-2008.

¡Lectura!

Del Prólogo de mi libro: La vida es poesía

Aparece cuando quiere, y se expresa como quiere. Es el tema, el contenido, cada cual se anuncia, si es pequeño, extenso; si es regalo o un extraño. Cada uno trae su pulso, su sentir y su expresar son uno. Como aparece, así se queda. Pero lo quiero sencillo, directo y con algún sentido, a su propio ritmo y con algún sonido. Cual diverso, así llega, así lo dejo; reniego, eso sí, del desparpajo o el sinsentido.
Nuestro Alfonso Reyes al respecto dijo: “Ni el alma ni el día ofrecen igual iluminación a lo largo de veinticuatro horas, y el deber del poeta es eternizar cada instante, expresando esa proporción de luz y sombra por la que cada instante atraviesa…”. Por lo que cada tema se asoma a la percepción del poeta y así, heterogéneo, preferirlo quiero.
En lo que al preámbulo compete, me atengo a lo dicho por el argentino Jorge Luis Borges, en el prólogo de Los conjurados (1985): “La belleza no es privilegio de unos cuantos hombres ilustres. Sería muy raro que este libro, que abarca… (algunas) composiciones, no atesorara una sola línea secreta, digna de acompañarte hasta el fin”. Y un poco antes: “No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados”. Sin caer en silogismos, me someto al juicio del lector.
El prólogo es, agrega en otra parte el propio Borges, “un acto de sobremesa que abunda en hipérboles irresponsables”, o un acto de banalidad cuando no repetición de contenidos y, como no se puede reiterar aquí lo que enseguida viene escrito, sólo digo: ¡lectura!, que no ¡salud!

Algo más

Después de decidir el título del presente libro, me topé con una reflexión de Ortega y Gasset, en Sobre las carreras, primeras lecciones de un curso universitario, que a la letra dice: “…La vida humana es un género literario, puesto que es, primero y ante todo, faena poética, de fantasía”. Por lo demás, el ordenamiento capitular es temático, más bien casual; y el contenido puede leerse en el orden que se presenta o al azar. Elige cada quien.

5 de mayo de 2008.